lunes, 30 de mayo de 2011

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

Ahora sé que mi misión no sólo es compartir con mis alumnos los conocimientos adquiridos a lo largo de mi trayectoria como estudiante, tratando de que los adquieran, tal cual se los imparto, sino por el contrario, facilitar e inculcar a mis alumnos  mediante el diseño de actividades a desarrollar en el aula y fuera de ella el entusiasmo por aprender.
Platicando con un maestro jubilado me relató cómo  era su maestro de primaria, “él era estricto nos pegaba con una regla, pero por las tardes se reunía con nosotros para jugar (hacer deporte), el nos enseñó a jugar volibol, a nuestros padres les enseñaba a sembrar y otras cosas, y todos en el pueblo lo queríamos, era una figura respetada, pero ahora, ¿quiénes somos en la sociedad actual?”
Y prosiguió, “creo, porque no estoy seguro, que al maestro de hoy, le falta involucrarse con sus alumnos, jugar con ellos y enseñarles cosas para la vida, ahora sólo se enfocan en impartir su clase y se retiran del aula, sin conocimiento alguno de sus alumno”
Eso que el maestro estaba diciendo me golpeaba duramente, ya que cuando inicié mi labor docente, creí que el platicar (de sus proyectos o problemas) o jugar un partido de volibol con mis alumnos, no era correcto, ahora esos pensamientos los considero absurdos y fuera de lugar, al darme cuenta del error que cometía, ahora mi misión en este plantel ha tenido un sesgo el cual es pequeño, pero al término de esta especialidad me consideraré afortunada de haberla cursado y de haber logrado extraer de lo más profundo de mi ser, los viejos paradigmas para hoy renovarlos y así, ser realmente una facilitadora que encamine a sus estudiantes por el sendero correcto, ya que el compartir con mis alumnos tanto conocimientos, como experiencias de la vida, no conlleva a descuidar el objetivo de la materia.
Nuestra población estudiantil está viviendo cambios tecnológicos, sociales y culturales, lo cual permite tener en nuestras aulas, alumnos con visiones distintas, algunos ya tienen definido lo que enfrentarán al tratar de lograr los objetivos planeados con anticipación, por el contrario aquellos que no tienen aspiraciones en la vida, es ahí, donde nuestra intervención será de de mucho provecho.
En la lectura, La aventura de ser maestro encontré algo que me hizo repensar mi labor docente, donde dice “nadie nos enseña a ser maestros” y efectivamente como “nadie nos enseña a ser papás”, así lo concibo, el ser padres lo logras a través de la crianza de tus hijos, analizas que  estrategia no te funcionó con el primero, y con el segundo no la usas, y así continuamente, entonces el ser maestro lo voy a aprender a lo largo de la vida docente, pero el estar preparado para enfrentar cualquier reto en el aula, me lo va a proporcionar la formación continua.
 De antemano les hago saber que mi trayectoria en el área docente es corta, pero la experiencia adquirida muy valiosa; en el nivel medio superior estoy cumpliendo casi dos  años de haber ingresado,  y la aventura no ha sido fácil. El ser maestra en este nivel educativo representa un gran compromiso y una gran responsabilidad, es por ello que la actualización es una de las tareas fundamentales del docente.
Eugenia Apreza.

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